Historia de Puagh el Cagarro.

Estimados y frikis lectores (ambas cosas a la vez):

Aquí se sus os aljunto una historia que escribí hace tiempo, a petición de un lector del bloj, esper que os guste.

Cuando sepa html le pondré una fuente guapa y alguna fotillo.


Puagh el Cagarro se sentía inquieto, hacía tiempo que buscaba buenos cocineros para la Cuchipanda Padre de este año, pero el Viejo mundo está lleno de ineptos, hoy en día ni siquiera tienes la garantía de poder devorar al propio cocinero, todos saben insípidos.

Hacía ya tres meses que se fueron los Halflings que contrató, tres de los mejores cocineros de todo el Viejo Mundo, lo tenían todo: dinero, un futuro profesional, unos clientes agradecidos y el compromiso personal de Puagh de que nadie los devoraría mientras su comida fuese bueno, total ná. Pero un buen día la tribu de Puagh despertó y los cocineros se habían ido, todo el mundo en la tribu investigó pero nadie supo decir cómo se habían ido sin dejar rastro (de grasa).
El pánico empezaba a apoderarse de la tribu, lo que no pueden hacer las tropas del caos ni el dragón más poderoso lo consigue la falta de comida en toda tribu de ogros que se precie.

De repente, un ogro de la tribu, Vhorargg el de la suerte, cayó presa del pánico:
- “por las Fauces, no hay cocinerooo....”

pero Puagh, en su inmensa sabiduría, a pesar de lo joven que era, supo reconocer al vil traidor:

- ¡¡ha sido él!!
Y le cortó la cabeza de un rápido golpe con su fiel alfanje que tan buen cortaba la carne de jabalí en las Cuchipandas.

Puagh celebró el desenmascaramiento y ejecución del traidor con un agudo comentario, que fue reido por toda la tribu:
- “pos vaya un inútil, su suerte no le ha protegio”


Volviendo a la horrenda situación y ante la inminente contingencia que se acercaba, Puagh convocó a los mas sabios de la tribu en una comisión de emergencia. Puagh apreciaba la sabiduría de los ancianos de la tribu, pero sólo para ocasiones problemáticas como ésta, no fuera a ser que pensar mucho le quitara el apetito.

La comisión no tenía muy claro que Vhorargg el de la suerte hubiese tenido nada que ver con la desaparición de los cocineros, peor bueno, por lo menos alguien había pagado el pato. Además el no haber tenido suerte cuando Puagh le cortó la cabeza era un claro ejemplo de traición a la tribu.

La comisión llegó a la conclusión de que tendrían que cocinar ellos mismos, pero ¿cómo? Aunque todo el mundo apreciaba y temía al Maestro Charcutero, nadie se atrevía a probar su ...lo que hiciera, no había más que ver su aspecto para darse cuenta de que lo que ese ogro hacía no podía ser muy sano. Por lo menos estaba gordo, así que tan malo no podía ser.

Después de muchas deliberaciones, la hora de comer se acercaba, y como el comité de sabios no llegaba a ninguna conclusión, Puagh, en su inmensa sabiduría llegó a la conclusión de que de momento comerían Gnoblars, como mascotas polivalentes que son, pero mientras tanto buscarían otro cocinero mientras decidían la forma de encontrar a los cocineros perdidos. Puagh también elaboró un decreto extraordinario: la comisión tenía que elegir entre resolver el problema pronto o tardar más tiempo pero pensando menos, que luego duele la cabeza.


La comida de ese primer día no fue tan mal como se esperaba, al fin y al cabo, las familias ogras tenían experiencia cocinando Gonblars, esa sabrosa mascota que sirve tanto para acarrear la comida como para ser ellos la comida (en cuyo caso se autoacarrean).


Puagh se despertó después de la comida y un trago de 5 litros de cerveza hizo que su cerebro funcionase un poco, su hermano Argh el Viajero, o el vollajer, como lo llamaban los pocos ogros que sabían idiomas en toda la tribu, podría ayudarles, él era un ogro de mundo, que había viajado por muy lejos, pero mucho, más allá de los reinos ogros. Puagh tenía curiosidad en saber qué había sido de su hermano, ya que desde que devoraron al último mensajero del Pony Expréss no había vuelto a venir ningún mensajero con cartas de su hermano. Pero Puagh recordó un sutil matiz, y es que Argh, antes de lanzarse a recorrer ese mundo que algunos decían que existía más allá de los confines de los reinos ogros, era conocido como Argh el Insaciable, y un estómago, que rugía mejor que algunos bramadores era difícil que se calmase por mucho que hubiera viajado.

Por la noche, Puagh convocó una reunión extraordinaria de la comisión de emergencias, acordaron racionar la comida, le pondrían más especias para non otra que había menos, aumentarían el tamaño de las guarniciones y racionarían la carne de Gnoblar para no comer más Gnoblars de los que podían criar. Esta última idea dejó patidifusos a la comisión de expertos, Puagh era con diferencia el mejor líder que había tenido la tribu en mucho tiempo, desde que a Wügerth el Despellejador, Engullidor de Cerebros, se le ocurrió mandar a los Gnoblars quitar los huesos pequeños de la carne para no atragantarse. Mira que si alguien se atraganta y muere en una Cuchipanda...qué vergüenza, bueno, y qué risa también.

La comisión desarrolló un plan de emergencia para poder buscar una salida al problema, los ogros que menos comiesen de la tribu partirían raudos (fuese lo que fuese eso) y veloces (en la medida de lo posible) a buscar nuevos cocineros que cocinasen, o en su defecto, estuviesen bien rellenos.
Cuando la comisión intentó decidir quien comía menos, no pudieron. Así que decidieron ver quien era capaz de estar más tiempo comiendo un poco menos, peor como no pudo ser y ya habían pensado más en un día que en todo el reinado de Puagh, éste decidió una decisión Salmónica (expresión ogra en honor al rey Sálmon, que era el mejor cocinando salmones y celebraba sus mejores decisiones comiendo salmones), los ogros que partiesen para ayudar a la tribu en este momento tan difícil serían recibidos como héroes, se les daría un cursillo para entrar a los Tripasduras y podrían comer cuanto quisieran en la Cuchipanda Padre, que se realizaría en presencia de Argh y con los nuevos cocineros. Por supuesto, tal decisión se celebró como manda la tradición del rey Salmón: comiendo Salmón.

Algunos en la tribu dudaban de la efectividad del plan, pero Puagh sorprendió a las masas con un eructo descomunal, propio de un ogro de Operación Bramador, y como tal, Puagh eructaba con el estómago. El eructo de Puagh casi pareció los ruidos que salían de las grutas y cavernas donde las leyendas dicen que habitan los ogros corrompidos por...por algo. La masa aplaudió el eructo y Puagh les advirtió que eructos como ese no son posibles sin comida, y que para haber comida, había que ir en su busca. La masa aplaudió la brillante inteligencia de Puagh. Era un líder carismático. Puagh se despidió:

- Que os den por culo.

Puagh, en su última reunión con la comisión, elaboró un plan de choque por si era necesario hacer frente a las razas porculeras que habitaban las fronteras de los reinos ogros, más allá del horizonte (si es que había algo allí), y que disfrutaban haciendo cosas sin sentido, como comer verduras.